La caída de ventas de las camisas originales y el aumento de las piratas fue la excusa perfecta para que equipos internacionales dieran el poder para registrar en el país la marca. Sin embargo, no es posible afirmar que el registro se presenta en razón a los derechos de autor pues, las camisas de fútbol, no se ajustan a ninguna de las ocho clasificaciones que ha establecido la ley sobre el particular”, explicó José Luis Jerez, socio de CMM Abogados.