Los países que quedan en el interior de la zona acotada por estas líneas imaginarias serían países subdesarrollados. Las relaciones con la nueva casa reinante, los Austrias, fueron bastante buenas en un principio: en 1519 Carlos I fue recibido triunfalmente en la Ciudad Condal, y fue en ella donde recibió la noticia de la muerte de su abuelo el emperador Maximiliano I, por lo que convocó una reunión de la Orden del Toisón de Oro y, días más tarde, fue elegido emperador; las autoridades barcelonesas fueron las primeras en rendirle honores por su nombramiento.