Con la llegada de Joan Laporta a la presidencia, el club manifestó su intención de incrementar su implicación en causas sociales, expresando el deseo de que el club sea reconocido mundialmente por su talante solidario. En ese sentido, a finales del año 2005, el F. C. Barcelona organizó un partido amistoso en el Camp Nou ante una selección conjunta de jugadores israelíes y palestinos, que por primera vez compartieron equipo.